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Cinco estrategias para que el Haití post terremoto recupere su comunicación internacional

Hoy se cumplen 8 años del terremoto que asoló Haití y en el que murieron aproximadamente 316.000 personas. El 12 de enero es para “la perla del Caribe” un día de dolor, de tristeza, de reflexión profunda. Un día de duelo que ha cambiado para siempre el devenir de este pequeño país del Caribe.

Como cada año en estas fechas, la comunidad internacional vuelve a hacer balance y vuelve a pedir cuentas. Aunque cada vez con menos interés. Durante los primeros años, los medios de comunicación internacionales se centraron mucho en Haití. Se acordaban de que existe este pequeño país del Caribe y enviaban a periodistas a hacer reportajes ocasionales. Era un día de recuerdo, pero también de análisis sobre el avance del país, su situación de emergencia, sobre la acción del gobierno haitiano en la reconstrucción, sobre el papel de las organizaciones internacionales que trabajan en el terreno, etc. Un día más o menos justo o injusto informativamente con el país, dependiendo del baile de cifras que se manejase y de la multiplicidad de fuentes. Aunque la tónica habitual –aún hoy- es ofrecernos una sórdida visión del país, bastante parcial por el efecto de pasar por allí apenas unos días; sin profundizar en la realidad del país, sin intentar buscar también las historias positivas de superación, que también las hay. Haití es mucho más de lo que se cuenta y, antes del terremoto, también era mucho menos. Necesitaba con urgencia un cambio de rumbo por ser el país más pobre de América debido, en gran parte, a sus gobernantes.

Durante los dos años que estuve al frente del departamento de comunicación internacional de la Presidencia de Haití, sabíamos que el tratamiento de las cifras, las fuentes de información que las ofrecían y el balance que se hacía de ellas en los medios internacionales marcaban inevitablemente la imagen del país en el exterior. Por eso realizamos una labor intensa en difundir información institucional a los medios, más dados a recoger las valoraciones e informes de ONG que trabajaban en el terreno que de fuentes institucionales.

Ocho años son muchos para que hoy los medios se vuelquen informativamente como antes en el aniversario del terremoto y su programa conmemorativo, más allá de una breve noticia de teletipo de agencia internacional. A no ser que las declaraciones de ayer de Donald Trump sobre los inmigrantes de El Salvador y Haití preguntándose por qué EE.UU. recibe “gente de países de mierda” lo vuelva a poner en el punto de mira informativo. Dependerá de la reacción institucional y diplomática que pueda realizar hoy el presidente haitiano Jovenel Moïse.

Haití ha perdido el interés de los medios internacionales. Por eso, la presidencia de la república debería centrar su política comunicativa en 5 estrategias:

  • Recuperar la comunicación internacional: deben de recuperar la interlocución regular y la comunicación fluida con los principales medios internacionales, sobre todo con los que no tienen corresponsal en el país. Cada vez quedan menos corresponsales fijos basados en Puerto Príncipe. Y esto se nota en el volumen de informaciones que difunden los medios.
  • Desarrollar una estrategia de comunicación positiva.Después del conflictivo proceso electoral por el que presidente haitiano Jovenel Moïse fue elegido, la presidencia debe de poner en marcha un plan de comunicación intenso y una narrativa que muestre los avances institucionales, políticos y económicos que esté realizando su administración.
  • Programar giras internacionalespara amplificar la proyección institucional e internacional del país y del presidente. Solo de esta forma la presidencia podrá posicionar sólidamente la proyección política de Moïse como presidente. Hoy, él es Haití y solo él puede comunicar en positivo su país.
  • Recuperar la fuerte proyección, promoción y comunicación turísticaque el país desarrolló con la anterior ministra de turismo, Stéphanie Villedrouin y que tanto espacio mediático internacional le dio. Con una comunicación emocional centrada en valores y en atractivos turísticos, el país puede volver a posicionar una marca país que mejore su imagen y su reputación exterior. Según Maite Perea “si queremos ayudar a aquel país se levante de una vez por todas, podemos visitarlo. Haití es el único país del Caribe que no recibe miles de turistas, cuando reúne las mismas condiciones que sus vecinos”. Como reza la campaña de promoción turística ‘Vive la experiencia” lanzada en 2013 que ella coordinó.

 

Para que Haití garantice un futuro prometedor necesita consolidar una administración pública fuerte y eficaz para que, en colaboración con la comunidad internacional hagan que el país recupere aquel esplendor que tuvo en su día. Y por supuesto, en paralelo desarrollar una fuerte estrategia de comunicación para darlo a conocer y explicarlo en profundidad de manera veraz, sencilla y creíble. El país tiene el gran desafío de eliminar el triángulo en el que se basa actualmente su imagen: pobreza, terremoto y corrupción.

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